domingo, 23 de octubre de 2011

Resulta que las princesas tambièn tienen diarrea

        Ahora que las hadas visten gafas de pasta, ahora que la bella durmiente se echò a dormir despues de una eterna noche de juerga y alcohol, ahora que los prìncipes buscan otros prìncipes, es el momento de sincerarnos con respecto a estos ñoños clichès de nuestra època. 
       Las princesas ya no mantienen su figura a base de manzanas, encantadas; Y me emocionò ese final en el que la delicada doncella fue tan autosuficiente frente a los malos. Caperucita fuè condenada por violar al lobo feroz. Èste dejò de tomarse la justicia por su cuenta, cansado de soplar y soplar... ultimò firmando una orden de desahucio. Què gran fuerza de voluntad la de Alicia al abandonar por completo de fumar lo que fumase. 
       La tortuga nunca ganò la carrera; al parecer tenìa demasiado dinero y un talòn en blanco. Y pobre madre Cabrita, al encontrar el cuerpo de su hijito dentro de un reloj del desvàn... demasiado tarde. ¿Saben? No fue de aquella manera còmo la zorra hizo abrir el pico al Sr cuervo.  
       Y de què forma me enamorò ese prìncipe en botines. ¡Cuàntas veces me ha rescatado! En sueños, en su bici.
       Y ahora que las perdices se extinguieron, tenemos hambre ymiramos a esos tres cerditos con otros ojos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario